miércoles, 13 de noviembre de 2013

Con Egidio contra todos, Tabárez acertó la estrategia

El maestro Óscar Tabárez había sido muy cauto y considerado a la hora de hablar de la selección de Jordania en los días previos, pero en la cancha puso un equipo atrevido, con un solo volante de marca, con lo que, en el buen sentido de la palabra, le faltó el respeto al conjunto asiático.

Para esa función confió en uno de sus soldados preferidos: Egidio Arévalo Ríos. El experimentado volante se paró en el medio de la cancha acompañado con Nicolás Lodeiro en la zona izquierda, pero la tarea de marca fue entera responsabilidad del “Cacha”.

En los primeros minutos del encuentro, de conocimiento, en los que luego de haber visto horas de videos los 22 jugadores recién por primera vez estuvieron cara a cara, el marcador central estuvo bastante solo para recuperar y el equipo jordano aprovechó los costados para animarse a ir al ataque, con mucha fuerza, entonado por la tribuna, pero con poca técnica.

Con la mínima presencia de marcadores en el medio, la otra parte de la estrategia de Tabárez era tener la pelota y cuidarla. Al principio le costó, pero luego, los jugadores celestes comenzaron a hacer la diferencia y, quizás sin tener la posesión de balón esperada, llegaron los goles.

El primero lo hizo Maxi Pereira luego de varios minutos en los que los locales habían tenido el control de la pelota. La jugada la arrancó él por derecha. Pasó para Christian Stuani, el volante más cercano, se mandó arriba, luego el jugador de Espanyol hizo el centro, cabeceó Edinson Cavani y en el rebote apareció el lateral derecho para empujarla.

El gol tocó las fibras de los jordanos, adentro y afuera de la cancha. El equipo local estuvo varios minutos dormido sin poder recuperarse, mientras Uruguay, con Arévalo Ríos en ascenso, mantenía la calma y hacía valer la experiencia de sus futbolistas.

La zaga también comenzó a afianzarse. Diego Godín fue el pilar en el fondo, Diego Lugano estuvo sólido y Martín Cáceres fue quizás el que estuvo más complicado con algunas llegadas a destiempos que ocasionaron jugadas de riesgo.

En el arco, Martín Silva demostró por qué es una de los mejores arqueros de Sudamérica. Llevar el 1 celeste no le pesó y tuvo una gran reacción en una pelota que se le filtraba por bajo, al primer palo, y logró mandar al tiro de esquina.

En el cierre del primer tiempo llegó el segundo gol para comenzar a liquidar el trámite. Fue en una jugada de lateral, rápida y sorprendente, en la que Cavani fue a buscar la pelota, arrastró marcas y amagó, para que Lodeiro recepcionara y habilitara a Stuani, el volante que entró al área como el delantero que es y definió frente al arquero rival.

El punto más impreciso de Uruguay estuvo en ofensiva, donde Luis Suárez estuvo entreverado, molesto por las marcas, y no pudo mostrar todo su nivel, por lo que fue sustituido por Diego Forlán. En tanto, Cavani, que tampoco había estado fino, cerró el encuentro con un golazo de tiro libre, una de las armas con la que cada vez es más efectivo.

Por su parte, Lodeiro, autor del 3-0, y el Cebolla Rodríguez, del 4-0, realizaron aceptables actuaciones. Al exNacional le costó entrar en contacto con la pelota, pero cuando el partido se inclinó para Uruguay se soltó más y metió la pelota para el tanto de Stuani. A su vez, el exPeñarol jugó por izquierda y terminó por derecha, sector en el que logró marcar con una gran definición.

La táctica empleada por el Maestro le dio resultado, acompañada por la diferencia técnica y de experiencia de sus jugadores con los jordanos. En la cancha y en el marcador, Uruguay plasmó la superioridad existente ante los asiáticos, de la que, por respeto, por humildad y por lo siempre incómodo que a la celeste le queda el traje de favorito, Tabárez prefirió no hacer alarde.


El Observador.

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